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Aunque está más que claro que en cualquier parte del mundo se agradecería poder tener una mayor cantidad de reservas energéticas, Tanzania se encuentra ahora mismo en una dicotomía difícil de sobrellevar, considerando que las enormes y modernas instalaciones de esta industria nada tienen que ver con el modo de vida de sus ciudadanos.

Una clara muestra de ello se produjo recientemente en el distrito de Kilwa, en el sur de Tanzania, donde el líder comunitario y pescador Salim Riziki, se quejó abiertamente ante las autoridades del país por las increíbles instalaciones que generan energía en una zona en la que aún faltan elementos básicos, y donde la gente vive en chozas de barro y paja.

“Sí, creemos que esta exploración es vital, pero nos preocupa en tanto que ciudadanos. El gobierno nos contó sus planes para los hospitales, las escuelas y la electricidad. Lo informaron por la radio, sí, pero no nos preguntaron”, explicó el líder local, manifestando que considera que existen tras prioridades para los pobladores locales.

Hay que recordar, además, que en el puerto de Mtwara, unos 250 kilómetros al sur del distrito de Kilwa y a unos 400 de Dar es Salaam, la capital, hace un par de semanas se vivieron momentos de extrema tensión cuando pobladores locales atacaron una serie de oficinas estatales como causa directa de esta situación.

Vía: Hidrocarburos Bolivia
Imagen: Energelia

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