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Los granjeros de Tanzania, en la costa este del África central, están ayudando a conservar bosques amenazados con un cultivo poco convencional: las mariposas.

El Proyecto de la Mariposa Amani es uno de los esquemas que emplea la cría de estos insectos para ayudar a los habitantes locales a complementar sus ingresos y proteger el medio ambiente al mismo tiempo.

Esta creación del biólogo estadounidense Theron Morgan Brown, tiene su sede en las montañas Usambara, al este de Tanzania, una región conocida por su amplia biodiversidad. Sin embargo, la región también es conocida por la deforestación para producir carbón y áreas para la ganadería.

“El objetivo principal era encontrar un ingreso alterno para la comunidad que habita en las aldeas y bosques, para aliviar la presión sobre el bosque”, dice el administrador del proyecto, Amiri Saidi.

El proceso de crianza de mariposas empieza con la captura de especies hembra del insecto para luego transportarlas a un recinto donde puedan colocar sus huevecillos en las plantas.

Los granjeros entonces toman los huevecillos y cuando las larvas comienzan a salir, son colocadas en nuevas plantas que deben ser cambiadas regularmente para satisfacer su voraz apetito. Las larvas seguirán alimentándose hasta que hagan su capullo, lo que indica que están listas para ser transportadas.

El proyecto de Amani ha vendido los capullos a exhibiciones de mariposas vivas en Estados Unidos y Europa, a un costo de entre uno y 2.5 dólares cada una. De las ganacias que recibe, el 65% va directamente a los granjeros, mientras que un 7% se destina a un fondo de desarrollo comunitario que contribuye a proyectos como la construcción de escuelas y hospitales.

Debido a que las mariposas tropicales tienen una vida corta, las exhibiciones regularmente piden nuevos capullos cada dos o tres semanas.

Los granjeros regularmente conservan algunos capullos de cada generación, por lo que no necesitan siempre estar cazando hembras, aunque lo hacen de vez en cuando para mantener la diversidad genética en sus cultivos.

El proyecto ahora emplea a unos 250 granjeros, y más de la mitad son mujeres, explica Saidi.

De acuerdo con los estudios realizados por el proyecto, los trabajadores necesitan de los bosques cercanos a sus pueblos para tener plantas en las cuales colocar las larvas, por lo que muchos ahora apoyan la protección de los bosques.

“Los criadores de mariposas reciben beneficios tangibles de las mariposas, al obtener ingresos, cuidan el área”, dice Saidi. “Ellos tienen su propia área resguardada y usan el dinero que obtienen para reforestar y otras actividades”.

Así como entrenó a sus propios granjeros, el proyecto de Amani ha ayudado a entrenar a otras personas para la cría de mariposas en el archipiélago Zanzibar, en Tanzania.

El Centro de Mariposas de Zanzibar es un jardín tropical rodeado por una red, que sirve de hogar para miles de mariposas, todas criadas por habitantes locales. Fue creado como una atracción turística, y subsiste por el cobro de las entradas. La misión de este centro es también la preservación del medio ambiente.

“Una gran cantidad de bosque está siendo destruido en Zanzibar”, explica la administradora del proyecto, Rosa Santilli.

Vía: Mas Producción
Imagen: Mexico CNN

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