Nuevas pistas han surgido sobre la dependencia del consumo de carne, luego de que un grupo de científicos de España encontraran en la Garganta de Olduvai de Tanzania restos fósiles de un niño de hace un millón y medio de años, que padeció de anemia.
El hallazgo que tuvo lugar en la Garganta de Olduvai consiste en una parte del cráneo de un niño que tendría menos de dos años de edad, quien padecía una patología relacionado ampliamente con la anemia, según informaron desde la Universidad Complutense de Madrid.
En este sentido, según las investigaciones realizadas al respecto, la anemia que dio lugar al fallecimiento del niño, apoya la teoría actual de que antiguamente las personas dependían del consumo de carne para su supervivencia.
De esta manera, la dolencia que afectaba al niño, se entiende como resultado de la necesidad de este de contar con las vitaminas B9 y B12, las cuales, son obtenidas a partir de la alimentación con carne en el territorio africano moderno.
Según la teoría de los investigadores, el niño encontrado del cual se desconoce el sexo, murió durante un período crítico cuando ingería alimentos que no poseían carne y en su desarrollo, eran fundamentales, puesto que la leche materna de la que hasta el momento se alimentaba, no contaba nutricionalmente con las vitaminas requeridas para un óptimo desarrollo ya que la madre no consumía carne.